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il marchesato di orani
 

Da Orani a Híjar. Dai signori, poi marchesi di orani, ai duca di híjar (1335 - 2005)

 

Introducción
Hablar del Marquesado de Orani es tratar de sus treinta y tres titulares a lo largo de ocho siglos, es decir, de 1335 hasta hoy. Pero no teman, no voy hacerlo. La genealogía que podríamos llamar oral tropieza siempre con la dificultad de exponer las ya de por sí complejas redes de parentesco con las largas y tediosas relaciones de nombres, apellidos, fechas, vínculos y entronques, que pueden desanimar incluso a los más apasionados en la materia.

Para tranquilidad de ustedes se publicarán nuestras intervenciones y será en sus páginas donde podrán leer esta larga y apasionante historia que se entrelaza con la propia historia de Cerdeña.

Mi intención ahora es ofrecerles los aspectos más destacados de ella. La villa de Orani llegó a convertirse en cabecera de un extenso y rico feudo como consecuencia de un complejo proceso que se desarrolló inicialmente durante casi cuatro siglos, desde el mencionado 1335 en que pasó al patrimonio de Giovanni d´Arborea hasta la creación del título de Marqués de Orani en 1616 a favor de doña Ana de Portugal. En ese largo lapso de tiempo hubo dieciséis titulares.

Desde esta última fecha hasta hoy y durante los cuatro siglos siguientes se han venido sucediendo diecisiete titulares más en el Marquesado de Orani. Son pues, ocho siglos de historia, como decía al principio, que voy a tratar de rememorar sintéticamente a través de algunas de las personas que lo poseyeron y de algunos hechos destacables.

Por ella desfilan los Jueces de Arborea y los célebres Marqueses de Oristano, los Carroz y los Maza hasta los Portugal, descendientes de la Casa Real, los Silva y, por último, los Fernández de Híjar. La prueba de la importancia que para los Duques de Híjar representaba el feudo de Orani lo testimonia el hecho de que a lo largo de los siglos XVIII y XIX firmaban siempre sus documentos ofociales como “El Duque y Marqués”, en referencia al ducado de Híjar y al marquesado de Orani.  

Este Marquesado estaba constituido por dos núcleos bien definidos pero territorialmente discontinuos: el primero con las Curatoríe de Dore y de Bitti, de naturaleza accidentada, como bien saben y que habían pertenecido al Giudicato de Logudoro o de Torres; y el segundo, con la Curatoría de Gallura Gemini, situada en el noroeste de la Isla. Este gran feudo se constituyó en la segunda mitad del siglo XVI, al concluir el largo litigio que enfrentó a los Maza y a los Portugal por la división del patrimonio feudal que había dejado Juan Maza de Lizana.

En un principio, la propiedad feudal de Orani -patrimonial y jurisdiccionalmente- estuvo incardinada en la Curatoría de Dore conformando además, su cabecera, junto a las villas y lugares de Oniferi, Orotelli, Oddini ( junto a Orani, que pronto quedó deshabitado y olvidado), Ottana y Sarule, Nuoro, Orgosolo, Lollove y Locoe (que quedó deshabitado en 1688).

De todas formas, en el siglo XVII se distinguía en la administración del Marquesado entre la Incontrada de Orani formada por sus cinco lugares y la Incontrada de Nuoro con sus cuatro lugares correspondientes. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la posición geográfica de la villa de Orani la llevó a constituirse también en el epicentro de todo el conjunto patrimonial, que abarcaba igualmente la Curatoría o Incontrada de Bitti con los lugares de Bitti, Onani y Garofai (lugar éste incorporado a Bitti desde 1874), y la Curatoría o Incontrada de Gallura Gemini integrada por las villas y lugares de Tempio, Núchis, Lúras, Calangiánus, Ággius y Bortigiadas junto con Porto di Vignola (dedicado a la pesca del atún) y la villa y castillo de Longosardo, hoy Santa Teresa di Gallura, que como ahora diré, se incorporó mucho más tarde. Hay que señalar que en la documentación las tres Curatoríe o Incontrade eran también mencionadas como Barbagie y el conjunto patrimonial del Marquesado recibía en la administración general del ducado de Híjar indistintamente las denominaciones de Baronía, Feudo, Estado o Casa de Portugal. 

El Marquesado de Orani con sus 20 villas y lugares constituía uno de los cinco feudos más preeminentes de Cerdeña junto a la enorme Contea de Quirra de los Carroz integrado por más de 76 villas, el Ducato di Mandas de los Carroz-Centelles-Borgia formado por 57 villas, la Contea d’Oliva de los Centelles, desgajado de Mandas, con 31 villas y el Marquesado de Villasor de los Alagón con 22 villas, seguido ya de otros feudos menores como los de Láconi-Sanluri, Villacidro, Palmas, etc.

Me parece muy ilustrativo del desarrollo de esta historia señalarles también algunos datos más concretos tomados de la documentación. En 1615, es decir, en vísperas de convertirse en Marquesado, los feudos de Orani, contaban con unos 2100 vasallos, siendo la villa de Tempio la más poblada con unos mil habitantes, a la que seguían Orani y Nuoro con unos ochocientos cada una, mientras que los lugares de Lollove con 25 habitantes y Locoe con 15 eran evidentemente los más deshabitados. Las rentas anuales eran de unas 11.600 libras sardas, cantidad crecida en aquel tiempo y que eran satisfechas con bastante regularidad (AHPZ, Híjar, I, 8/19, Libro y tanteo de todas las rentas civiles y criminales, basallos, Jurisdicción y officios y territorios de las Quatro Encontradas del estado de Portugal situado en el Reyno de Cerdeña, el qual es de la Excma. Sra. Doña Ana de Portugal y Borja, Princesa de Mélito y Duquesa de Pastrana, ms., 46 ff.).

Sin embargo, 160 años después la situación había cambiado notablemente. Según un documento de 1775, en todo el Marquesado de Orani, se contabilizaron unos 800 vasallos que prestasen juramento (no me refiero al conjunto de sus habitantes, que oscilaban alrededor de los 5000), en Tempio fueron 47 vasallos, en Orani 104 y en Nuoro 86. Locoe estaba entonces deshabitado, la villa de Longosardo destruida y abandonada y las rentas muy disminuidas y en constante litigio (Cáller, 21-jun-1765 AHPZ, Híjar, V, 32/5, y I, 8/19).

Estas rentas que en forma de tributos debían pagar los vasallos, se concretaban primeramente en el abono que todos debían hacer del feudo en dinero, llamado feudo fisso (feudo cierto); en segundo lugar, los diezmos que los pastores debían satisfacer sobre las ovejas y cerdos, y las colmenas (si las había), consistentes en la entrega anual de las mejores cabezas en una selección denominada sbarbagio o beghino; otro tributo era el llamado laòr di corte que equivalía a una cantidad de trigo (grano) y de cebada (orzo); el derecho sobre la producción del vino a los que tenían viñas debiendo ingresar 10 dineros por cada cuba de 800 litros; así mismo, debían entregar el 10% de la producción del queso y de la paja; además de las llamadas machizie (maquicias) que consistían en unas penas pecuniarias impuestas al malhechor por robos, muerte de ganado o tala de madera y que en caso de que éste no pudiera ser hallado, se repartían entre los vasallos de las villas o lugares afectados como un modo de compensar al Señor feudal por las pérdidas causadas.

No entraré ahora a hacer una crítica de esta situación pero creo que explica elocuentemente la constante conflictividad de sus moradores que vivían no sólo atormentados por estas cargas sino por los abusos y arbitrariedades de los administradores señoriales o de los arrendatarios. Por tanto, la historia del Marquesado también está hecha de las incesantes quejas y reclamaciones de sus vasallos y de la codicia y el desinterés de muchos de sus Señores.

La Historia

He dividido la historia de los Señores y Marqueses de Orani en cuatro períodos concretos que de algún modo evidencian no sólo las diversas transmisiones en la posesión de los feudos sino también determinados hechos que van marcando de forma significativa su evolución.

El primer período ( 1335 a 1490) viene determinado por el linaje de los Arborea, y el año 1335 que marca el inicio de mi investigación es la fecha en que las Curatoríe de Dore y Bitti, que habían sido anteriormente entregadas al Común de Pisa, fueron concedidas en feudo more Italiae por el Rey Alfonso IV de Aragón, a Giovanni d’Arborea, hermano del Juez Mariano IV, con el objetivo de pacificarlas debido al constante estado de enfrentamiento de sus lugareños. Por este motivo podemos considerar a Giovanni d’Arborea como primer Señor de Orani ya que este lugar se encontraba incardinado en la Curatoría de Dore.

Cuando Mariano IV, Juez de Arborea y I Conde de Goceano incorporó manu militari estos territorios al Giudicato, los dos hermanos entraron en conflicto y Giovanni murió encarcelado. Por ello, el destino de Orani se emparejó hasta 1410 con la agitada historia de los diferentes Jueces de Arborea, entre los que destaca la importante figura de Eleonora que gobernó con acierto el Giudicato d’Arborea. Durante este período y alrededor de 1388 Orani fue asumiendo la cabecera de la Curatoría de Dore pasando a ser denominada Orani mannu.

A raiz de la Batalla de Sanluri en 1409 y la capitulación de San Martino en 1410, las Curatoríe de Bitti y Dore pasaron durante veinte años a manos de la familia Turrigiti como compensación por la ayuda prestada a Leonardo Cubello. Estos vendieron sus feudos en 1430 a Antonio Cubello d’Arborea, II Marqués de Oristano, pariente del primer Señor de Orani hasta que su sobrino Leonardo de Alagón los perdió al ser condenado en 1477 por levantarse en armas contra Juan II Rey de Aragón y así, revirtieron a la Corona y los títulos de Marqués de Oristano y de Conde de Goceano se integraron en el “título grande” de los Monarcas españoles.

El segundo período ( 1490 a 1566) se inicia en 1490, con el reconocimiento del patrimonio de los Arborea, a Beatrice Carroz d’Arborea, como cuarta nieta del primer Señor de Orani. Así, las Curatoríe de Dore y Bitti entraron a formar parte del gran complejo feudal que comprendía también, la Gallura Gemini. Beatrice era, además, Señora de Mandas, Baronesa de Terranova ( la actual Olbia), Señora de la antiquísima baronía de Mur en Cataluña (cuyo documento más antiguo data de 1069) y de las Encontradas de Seurgus y Seulo y de la Barbagia de Ollolai. Esta Señora había casado con Pedro Maza de Lizana Carroz de Arborea, Señor de las Baronías de Moixent y Llutxent, Novelda, Pinoso Monóvar y Chinorla en el Reino de Valencia, que sucedió a su mujer recibiendo del Rey Fernando el Católico la investidura de los feudos sardos en 1499 y confirmándosele después su pleno dominio alodial y perpetuo (Segovia, 1-sep-1505, AHPZ, Híjar, IV, 104/5). Por cierto, que el mismo Monarca le donó la villa y castillo de Longosardo en 1501 (Granada, 2-oct-1501, AHN., Nobleza, Osuna, leg. 657, nº 1). Hacia 1590 este lugar fue mandado fortificar para proteger a sus habitantes de las incursiones de los berberiscos (AHPZ, Híjar, I, 8/19).

Su nieto Juan Maza de Lizana, llamado “El Bastardo” murió sin sucesión y sus más próximos parientes vendieron entre 1561 y 1566 y después de un largo litigio, las Curatorie de Dore, Bitti y la Gallura Gemini, a Fadrique de Portugal, cuñado de la mujer de Juan Maza y cuarto nieto por línea ilegítima del Rey Juan I de Portugal. Por esos años, comienza a aparecer en la documentación, la denominación genérica de Baronía o Feudo de Orani para referirse al conjunto de estos bienes.

El tercer período ( 1566 a 1689), se abre con Fadrique de Portugal, Caballerizo Mayor de la Emperatriz María y Caballero de Santiago, que ya es Señor de la Baronía de Orani, además de las de Mur, Monóvar y Sollana, que en 1573, por disposición testamentaria, integró en un solo mayorazgo more Hispaniae, que exigía a sus sucesores el nombre de Fadrique y el apellido Portugal junto con las armas (stemmi) puras de la Casa Real portuguesa. Con este Señor se inicia ya un período de decadencia lenta pero inexorable de los feudos sardos, cuyos distintos titulares no volverán nunca más a la Isla, y que serán gobernados y administrados a distancia, mediante personas de confianza, generalmente juristas que normalmente residirán en Cagliari. Estas personas recibían el nombre de regidores o podatarios. El primer regidor conocido nombrado (1581) por la viuda de Don Fadrique, doña Margarita de Borgia (por cierto, hermana de San Francisco) será Andrea Angioy. Durante su viudedad se ocupará esta señora de dictar normas sobre la administración de sus feudos, tratando de que se respetara la situación de sus vasallos frente a los abusos y extorsiones de los arrendatarios o de las bandas rivales de contrabandistas. La falta de liquidez por el mal estado de las rentas llevó muy pronto al arrendamiento de los feudos siendo ésta una fórmula muy utilizada durante el antiguo régimen también en España y que conllevó un endeudamiento crónico y una serie de problemas en la gestión arrendaticia.

El 27 de agosto de 1579, la Real Audiencia de Cagliari dictó finalmente sentencia definitiva confirmando la división del patrimonio de Juan Maza.

Bien, el 8 de marzo de 1616 el Rey Felipe III de España concedió a la hija de don Fadrique, doña Ana de Portugal y Borja, el título de Marquesa de Orani, para premiar –dice el documento literalmente- “los grandes servicios que su padre había hecho al Estado y a La Corona” (AHPZ, Híjar, I, 231/10). Esta Señora casó con don Rodrigo de Silva y Mendoza, uno de los más importantes magnates españoles que era Duque de Pastrana, Estrema y Francavilla, Príncipe de Éboli y Mélito, con lo que incorporó el apellido Silva a la larga sucesión de Orani junto con su escudo: el león rampante coronado de púrpura, en campo de plata.

Se acordó que el hijo primogénito sucediera en los títulos y mayorazgos del padre y que el segundo lo hiciera en los estados y títulos de la madre. Y así fue II Marqués de Orani, don Diego de Silva y Portugal. Se creó entonces, en 1630, una administración única del Marquesado debiendo el regidor pasar a residir en Orani -al menos durante seis meses, de finales de noviembre a finales de mayo según la Real Pragmática promulgada por el Virrey Miguel de Montcada en 1588- y los seis meses restantes en Sassari. Todo ello con la feliz intención de que los vasallos no tuvieran que desplazarse mucho para presentar los tributos o las quejas correspondientes. Es claro que estas disposiciones no se cumplieron. Se constituyeron dos circunscripciones jurisdiccionales, una con sede en Orani para las Curatoríe de Dore y Bitti, y otra en Tempio para la Gallura Gemini. Se crearon igualmente cuatro oficialías y cuatro escribanías, con sede en Orani, Nuoro, Bitti y Tempio respectivamente, que dependían del regidor.

En 1689, su nieto, el IV Marqués de Orani casó, como ha dicho ya mi colega la Dra. Casaus, con la VI Duquesa de Híjar. Con lo que paso al cuarto y último período ( 1689 a 2005) que viene marcado por la incorporación de Orani y sus feudos al enorme patrimonio nobiliario de la Casa ducal de Híjar y por tanto, unido al destino de aquella gran Casa aragonesa por entonces también, una de las primeras de España.

Como saben en 1720 la Isla de Cerdeña pasó a manos de la Casa de Saboya y en 1744 se produjo un paréntesis en la posesión del Marquesado ya que todos los feudos pertenecientes a españoles fueron confiscados por el Rey Carlo Emanuele III al hallarse España en guerra con el Piamonte. El Marquesado de Orani fue confiado a don Giovanni Valentino, natural de Tempio, aunque, acabadas las hostilidades en 1753 fueron de nuevo devueltos a los Duques de Híjar.

En 1749, el V Marqués de Orani, don Isidro Fadrique, dejó usufructuaria del Marquesado a su mujer doña Prudenciana Portocarrero, persona decidida y enérgica contra la que litigó su hijo, aún siendo él el Marqués nominal. Era entonces Regidor don Francesco Coco Sulas y de esa época data un interesante documento que evidencia una de las funciones primordiales de los regidores consistente en la toma de posesión de los lugares que integraban el Marquesado, una vez se había recibido de España la noticia del fallecimiento del Señor. Estamos en los meses de abril y mayo de 1765 y la toma de posesión la llevó a efecto el mencionado regidor como Podatario y Procurador general del VII Marqués de Orani, don Pedro de Alcántara de Silva, X Duque de Híjar (que fue un conocido ilustrado de la época), a la muerte de su abuela doña Prudenciana, como usufructuaria que había sido del Marquesado. El Regidor se personó en Orani, en cuya Iglesia Parroquial se celebró un solemne Oficio por la difunta Marquesa con asistencia de todas las autoridades; el segundo día se realizó la toma de posesión con toda la Curia reunida en junta y allí se prestó el juramento de vasallaje (como ya he dicho, en aquel momento Orani contaba con 104 vasallos), se mandaron plantar horcas y degollar un gallo en señal de la jurisdicción civil y criminal que tenía el Marqués sobre sus vasallos; luego, seguido por los habitantes de Orani, sembró trigo (grano), tiró piedras y arrancó hierbas en señal de dominio; suspendió a los encargados de administrar justicia y los volvió a nombrar de inmediato; les retiró los sellos y se los volvió a dar; excarceló y encarceló simbólicamente a un vasallo y terminó el acto de nuevo en la Iglesia Parroquial donde se cantó un Tedeum solemne, siendo recibido el Regidor por el vicario y los curas de la Parroquia que le acompañaron hasta el sitial del presbiterio reservado al Señor. Una vez concluido el acto solemne repartió una pequeña suma de dinero a cada vasallo, celebrándose luego una comida con las autoridades a cuyo término se dieron vítores por la larga vida del nuevo Marqués. Así se fue repitiendo sin incidentes a lo largo de dos meses en todos los lugares del Marquesado, a excepción de Nuoro, donde los clérigos se negaron a que el regidor subiera hasta el presbiterio y donde los vasallos se resistieron abiertamente a la exacción de impuestos, en especial los que gravaban las piaras y las colmenas. Con todo, la descripción del regidor Cocco Sulas tiene un tono laudatorio que posiblemente enmasacara problemas más graves. El Marquesado, estaba ya entonces muy despoblado y depauperado.

Con el cambio de siglo las cosas iban tomar otra dirección y sus prolegómenos fueron el secuestro de la Gallura Gemini por el gobierno sardo en 1816 que costó un largo contencioso para que la Casa de Híjar demostrara su legítima posesión y la confiscación del feudo de Orani en 1830 debido a las cantidades adeudadas en concepto de exacciones tributarias. Pero en 1839 el gobierno sardo por medio de un Real Edicto dispuso la expropiación forzosa de los alodios y feudos señoriales que se declaraban propiedad del Estado, que había ido precedida en 1836 por la institución de la Delegación Regia para el rescate (riscatto) de los feudos. La Casa de Híjar reclamó y consiguió después de numerosos litigios la escritura de cesión o “devolución” de la Baronía de Orani al Rey de Cerdeña el 7-mar-1843 y el gobierno sardo se comprometía a pasarle al Duque de Híjar una renta anual de 8000 libras sardas en cédulas de crédito público. Después de otro largo pleito del que hay numerosos testimonios documentales en el Archivo de Zaragoza, se fijó por sentencia firme, la suma de 1756 libras nuevas (ASC, Fondo Regio Demanio, Feudi, cart. 108). Finalmente, por Ley de 5-ago-1848 se dispuso la desvinculación de los mayorazgos de Cerdeña declarando la libre propiedad y disposición del poseedor sobre la mitad de ellos (AHPZ, Híjar, V, 32/6).

Coincidiendo con estos eventos que tuvieron su paralelo en España, el X Marqués de Orani don José Rafael de Silva, XII Duque de Híjar, se vió precisado a causa de sus graves dificultades financieras, a vender todos los bienes que poseía en Cerdeña. No obstante, el título nobiliario de Marqués de Orani, pese a estar privado de su soporte territorial y jurisdiccional, siguió usándose legalmente por los diferentes sucesores legítimos de la Casa con la correspondiente sanción real por lo que éste ha sido el único elemento testimonial de aquel antiguo y vasto feudo que ha sobrevivido hasta hoy en la persona de la XVII y actual Marquesa de Orani, María del Rosario Cayetana Fitz James-Stuart y Silva, XVII Duquesa de Híjar y XVIII Duquesa de Alba.

Prof. Dr. Pedro Moreno Meyerhoff

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